repetición

 

La repetición es la base del aprendizaje, la manera de ganar experiencia y seguridad sobre lo que se está realizando, viviendo.

Pero no todas nuestras repeticiones están fundadas en aprendizajes positivos, en momentos felices, ni en situaciones que nos provocaron emociones positivas. Guardamos diferentes tipos de experiencias a lo largo de la vida, con la mirada y el sentir particular de aquel momento, sean sanas o tóxicas.

Todos estos aprendizajes están guardados en algún lugar de la conciencia o del olvido, del inconsciente. A partir de estos aprendizajes construimos una manera de accionar y reaccionar, que muchas veces negamos o directamente no comprendemos, por qué no digerimos la experiencia, ni digerimos las emociones, ni los sentimientos. A partir de ahí nos condicionamos a esa experiencia de carencia, de fracaso, de soledad, creamos una creencia que nos limita en el presente y también en el futuro. Ese daño de alguna manera todavía está ahí sin ser comprendido, en el presente, se manifiesta, se repite.

Guardamos memorias y aprendizajes de todo tipo, los sacamos a relucir cada vez que reaccionamos o accionamos en las diferentes situaciones que nos presenta la vida. Nuestras simpatías y repulsas, nuestras ganas de construir o por el contrario de recrear una y otra vez situaciones no deseadas, que provocan dolor, que en la repetición te lleva lentamente a instalarte en el malestar, en el sufrimiento, en aislamiento, en vestir un personaje amable, en la expectativa de agradar, ser aceptado, que nos condiciona, aprisiona, hasta no permitir movernos libremente dentro de él, no estar cómodo en tu piel, ya no sabemos como se quita este traje.

Cada vez que intentamos quitarnos ese personaje y no podemos, cada vez que la situación se repite, sufrimos. Llega la frustración, la culpa, la pérdida de autoestima, pérdida de seguridad en uno mismo, el miedo a ser descubierto, en perder la autenticidad de los sentimientos y emociones, perderse de uno mismo construyendo un falso yo. Inhibiciones, bloqueos, carencias, faltas que no logramos superar, nos reprochamos y vuelta a empezar. Acciones y reacciones que no podemos evitar. Vivencias que aunque no queremos se repiten en nuestra vida como si hubieran sido moldeadas por la misma mano, con la misma intención, repitiendo el mismo molde, el mismo patrón una y otra vez.

Al vestir estos personajes nos podemos transformar en una persona que puede ser correcta, adaptada y esconder una caja de Pandora en su interior que se puede abrir a cualquier momento. La ambigüedad adaptada empieza a hacer parte del cotidiano porque entendemos que para protegernos tenemos que ocultar lo que sentimos, que negamos, escondemos de nosotros mismos, luego de los otros, viviendo en la desconfianza y desgaste constante para mantener esta posición.

Este tipo de situaciones llevan a un desgaste energético, emocional, mental y físico que si no se escucha a tiempo provocan agotamiento, cansancio, estrés, ansiedad, depresión y luego al deterioro físico.

 

tu verdadera libertad

 

Es hora de retornar a tu centro, retornar a ti mismo, quitando máscaras emocionales, personajes que ya no nos sirven para vivir el momento presente, que se han transformado en obstáculos a tu crecimiento, que traen sufrimiento, que debitan.
Cada uno que tiene el coraje de mirarse sin personajes, sin máscaras en el espejo del alma está caminando hacia despertar y su sanación.

Cada vez que sientas que pierdes el presente, que te sientas débil, que pierdas la seguridad, intenta reencontrar tu centro, respirar, estar, sentir para que no pierdas el momento presente, que tu mente no nuble tu corazón y te lleve a su tormenta.

Cada vez que consigas volver a tu centro, volver a tu corazón, conocerás nuevos caminos y espacios de bienestar y armonía.

Paola Ostrowicz Fischman
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Hoy te regalamos algunos textos de crecimiento personal y autoconocimiento que fueron publicados en Espacio Somos Armonia y reproducidos en Tiempo Terapéutico en Facebook

 

ruido interior

 

Cuanto más te aíslas y más te desconectas de la vida y del otro más ruido interno tendrás.

Aquello que callas y niegas con silencios tensos son los pensamientos reiterativos, la mente gobernando, tu ego llevando las riendas de tu vida.

Tu mente está construyendo una cárcel para ti creada de preocupación, angustia, miedo, ansiedad, rabia, orgullo, carencia, separación, desconexión.

Todo lo que se niega, lo que se calla, lo que no se nombra, lo no expresado, lo terminarás sintiendo y conviviendo a diario como un diálogo interior caótico, confuso, ruidoso, doloroso.

Abre tu corazón, acepta, comprende con amor tanto a ti como al otro, no dejes que los silencios hagan tanto ruido en tu interior que te quiten la paz, la alegría, la vitalidad, las ganas de vivir.

Si lo que vives te llena de silencios, te bloquea, te desconecta, vuelve al presente, al aquí y ahora y elige caminos diferentes, buena compañía, busca ayuda y apoyo, transita caminos diferentes.

Hoy puedes elegir amarte un poco más, aceptarte un poco más, expresar libremente lo que cargas en tu mochila emocional y mental para poder superarte, así transitar nuevos lugares de amor, bienestar y armonía.

Paola Ostrowicz Fischman

 

 

cuando la mente se une al corazón

 

La mente es un siervo no tu amo. Tú no eres tu mente, tú eres aquel que observa. Cuando la mente es guiada suavemente por el corazón empieza a clarear sus sombras. El corazón usa el lenguaje del amor, de la cooperación, del respeto, de la libertad interior, del coraje, de la alegría.

El corazón tiene su propia inteligencia, su frecuencia energética, esa energía que cuando conseguimos accionarla nos lleva por caminos de superación de los obstáculos y de nuestras creencias limitantes que nos provocan miedo de no conseguirlo y así ni empezamos…

Hoy puede ser ese día que a través del lenguaje del corazón despierte tu alma y te lleve a transitar nuevos caminos de amor, bienestar y armonía.

Paola Ostrowicz Fischman

 

 

 

Todos pasamos por la vida por momentos de crisis, de sufrimiento, de preocupaciones, de conflictos pero no es eso lo que determina lo que somos. Cada uno elige que pensamientos, emociones, actitudes y acciones tendrá sobre los hechos, a cada situación decidimos reflexionar o juzgar.

Somos nosotros que decidimos el estado de conciencia que queremos habitar en cada momento. Puedes reaccionar desde el ego, buscar culpas y culpables, no comprometerte, no responsabilizarte, o puedes centrarte en el corazón, en el amor, el respeto por ti y por el otro y comunicarte desde esa voz.

Cuando te centras en el corazón llega la comprensión y es tu posibilidad de vencer los miedos, principalmente el miedo al cambio, vencer las resistencias que te alejan de un camino de sanación interior.

Céntrate en el corazón y surgirán nuevas posibilidades para solucionar tus problemas, superarte, crecer y habitar nuevos espacios de bienestar, madurez y armonía.

Paola Ostrowicz Fischman