Las personas sufren sin que se muestre aparentemente. Las personas que se muestran con características consideradas apropiadas, por nuestra sociedad y cultura, se definen como de gran adaptación y éxito.
Son las personas obstinadas, ordenadas, inteligentes, que siempre van mas allá de lo que es necesario. Esto es lo que se ve en apariencia, pero la procesión va por dentro, ya que todo esto es conseguido con mucho sufrimiento, enorme trabajo a nivel de la subjetividad y del pensamiento que se mueve vertiginosamente para elaborar estrategias. Así poder brindar repetidamente ese “su” sacrificio, siendo en el fondo un sufrimiento que le da satisfacción.
Hacer más que los otros y más de lo que se le pide. O trata de satisfacer anticipándose a la exigencia. Se realiza todo esto acumulando la rabia y la agresividad que impone el esfuerzo de esta actitud. La dificultad está en que es una sintomatología altamente adaptativa.
Es el éxito de la inteligencia y el éxito del lazo social (S.Freud). Son muy convenientes a nuestra sociedad ya que son reconocidos porque satisfacen a los otros. Esta enorme concepción del lugar que ocupan en la fantasía y en su pensamiento, hace que el obsesivo tenga enorme dificultad en tratar con el sufrimiento que se impone ya que su sintomatología es adaptativa y exitosa.
Sus síntomas son muy potentes ya que es difícil que alguien deje de lado lo que formalmente lo hace exitoso, lo distingue y hace que lo admiren. En otras palabras son síntomas que traen beneficios.
Están los síntomas asociados que denotan ese sufrimiento, que es la contención o retención, así como el extremo opuesto la expulsión, o dar desmesuradamente para controlar que en ese sufrimiento esté su satisfacción. Son actitudes que se repiten, linealmente, y que son incontrolables.
Todo este mundo particular inicia en la infancia y es la forma en que la contingencia de las relaciones infantiles promueve. Es como la repetición de una escena olvidada donde se demandan casi imperativamente actitudes que harán el ingreso del niño en la cultura y en las buenas maneras.
Como vimos esta forma dolorosamente adaptativa, se debe rehacer promoviendo la conexión del síntoma con la propia historia, construyendo una nueva posición subjetiva que no implique perder todo el éxito acumulado.
Alicia Kostenbaum Psicoterapeuta
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