El dolor, el sufrimiento del cuerpo es un lenguaje que si no lo colocamos en palabras es un sufrimiento amordazado.
La forma en que vivimos, nos puede infligir sufrimiento en el cuerpo, y el cuerpo habla con el dolor, que expresa el malestar de como se vive. Muchas veces el dolor crea cambios en los lazos sociales y por ende tenemos sufrimiento subjetivo. El sufrimiento en el cuerpo y el sufrimiento emocional van entrelazados.
Los síntomas dolorosos tienen que poder ser interpretados con la historia de vida. Se ayuda con terapias que cuidan de los síntomas corporales y con psicoanálisis para poder saber de la historia del paciente. No es solo el dolor del cuerpo sino también es el sufrimiento subjetivo que tiene que ver con nuestra historia, acontecimientos y de cómo encaramos los hechos de nuestra vida.
No estamos hablando de causa y efecto. Es algo más complicado ya que se nos presentan dos lenguajes diferentes, el lenguaje orgánico y el lenguaje emocional que se cruzan llegando por caminos diversos, terminan modificando la vida de una persona.
Podemos excedernos en la comparación, haciendo referencia a los sueños, donde con un lenguaje propio se termina hablando de conflictos escondidos e inconscientes, que con una lectura apropiada, develan la subjetividad aparentemente perdida.
El sufrimiento, el dolor lo debemos unir a las palabras para expresarlo, necesitan ser reconocidas por los otros, y para nosotros poder articular lo que sentimos. Es fundamental poder hablarlo pesar de que no se consigue expresarlo exactamente. La tendencia de los médicos es negar y no permitir articularlo como lenguaje ni a través del lenguaje. Es la dificultad de la presencia de dolores con diagnostico impreciso, tratamientos desconocidos y la necesidad de cosificar a los pacientes.
El cuerpo grita sus razones con el dolor. La psiquis grita por cambios que nos permitan recuperar fragmentos de nuestra libertad subjetiva. Trabajar la transformación de algunas cosas que nos dejen vivir con menor malestar emocional tanto los síntomas de la subjetividad como los síntomas del cuerpo, es como reinventar pedazos de la propia vida.
Alicia Kostenbaum Psicoterapeuta
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