Todos nosotros tenemos una tendencia a negar cualquier realidad que resulte desagradable, que nos produzca ansiedad, angustia.
La negación es una forma de se, haciendo que ese material sea reprimido, alejado de la conciencia. Es una forma de preservar nuestro equilibrio emocional, muchas veces lo que es obvio para todos no conseguimos incorporarlo y así lo reprimimos negándolo o engañándonos o tratando de engañar.
Esto de escaparse por la tangente, tiene su precio, porque el repetir esta especie de omisión hace que nos surja, frente a frente, en la repetición de situaciones de la realidad, que no logramos resolver y debemos más y más veces recurrir a la represión en los brazos de la negación. Esto se traduce en síntomas de sufrimiento, en que se construya una bola de nieve de distorsiones de lo que se vive.
En otras palabras es algo que prefiero no saber. Se bloquean a nuestra conciencia cosas que están sucediendo, que nos producen malestar y displacer. No podemos incorporar dentro de nosotros enorme cantidad de material.
Siempre hay válvulas de escape como los sueños, los actos fallidos, las mentiras fracasadas, que muestran que ese mecanismo no es ya más exitoso. No habrá mas remedio que trabajar sobre las angustias y ansiedades y los materiales reprimidos que están ya casi a flor de piel.
Hay que pedir ayuda porque nuestra vida se empobrece y se pierde enorme energía maravillosa en controlar lo reprimido, lo negado, lo que no queremos saber, que nos lleva a grandes sufrimientos.
Alicia Kostenbaum Psicoterapeuta
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