Ser uno mismo en un mundo uniformizado, lleno de estereotipos, exigencias y acelerado no es tarea fácil. Fuimos educados para no mostrarnos, sentir vergüenza de nosotros mismos, no cometer errores, no responsabilizarnos, sentir miedo de ser abandonados, rechazados, dejados de lado, criticados, juzgados.
El miedo termina siendo la voz constante que escuchamos, nos habla y nos repite nuestras angustias más profundas, nuestras fragilidades, esa parte de nosotros que no reconocemos, no nombramos, negamos y si podemos lo proyectamos en el otro.
Así vamos caminando, viviendo una vida que no nos hace felices, no disfrutamos el presente, pero agrada al deseo del otro.
El miedo nos mantiene en tensión constante, nos provoca ansiedad, distorsiona la realidad que vemos, como la percibimos, llevándonos a actuar fuera de lo que realmente valoramos, que alegra nuestra alma.
Gastamos una enorme cantidad de energía para mantener el personaje que vestimos, fingiendo, mintiendo y negando que nos está pasando, como nos sentimos y desconectándonos de todo y de todos, creemos que nadie se da cuenta. Llega un punto que aunque mantengamos todo este esfuerzo, la realidad se hace presente y nos llama a responsabilizarnos, nos da una oportunidad de cambiar aquello que ya no nos sirve, que nos hace sufrir, que nos desconecta de nuestra esencia, que nos hace construir defensas y usarlas sin tener mucha consciencia. Así, de esta manera nos aislamos, nos bloqueamos, perdemos mucha energía, nos provocamos sufrimiento y hacemos sufrir.
Aprovecha esas oportunidades que la vida te da para dar un giro hacia tu interior, no huyas de tu sufrimiento, escúchalo, compréndelo, acéptalo, para dejarlo ir, liberarte de cargas emocionales, así empezarás nuevamente a reconectarte, a elevar tu vibración y estado de consciencia y podrás transitar otros caminos diferentes que te lleven a lugares de amor, sanación, bienestar y armonía.
Paola Ostrowicz Fischman
Terapeuta energético y vibracional
www.somosarmonia.com
Somos Armonía