Es una tristeza saber que no siempre nos acordamos de nuestros sueños. Tienen una calidad diferente, que es que el material que los compone es considerada la vía real del inconsciente.
En esos filmes extraños que suceden en nuestros sueños están de una forma deformada, para que no se ofenda nuestro consciente, los elementos que nos han impresionado durante las últimas 24 horas.
Que traigan algunas reminiscencias de algún lugar, algún personaje, nos dice acerca de la época de nuestra vida que quedo señalada en nuestro inconsciente por algún hecho significante, pero que se ha arrastrado a este tipo de olvido. No tenemos capacidad de mantener totalmente vivido en la memoria activa, todas las percepciones o hechos sucedidos y mínimamente marcantes. Estos recuerdos, inconscientes, reprimidos, se activan de forma extraña, y necesariamente incomprensible para no romper nuestro equilibrio.
Lo interesante del soñar es que su función es mantener el sueño y permitirnos descansar. Es verdad que muchas veces despertamos cuando estamos soñando, y esto nos dice acerca del soñar, en el sentido que ha pasado la barrera de la angustia y el soñar ha fracasado en su función de vigilante del equilibrio de nuestra conciencia y del dormir.
Si nos resta algún recuerdo de los soñado, con lo poco que podemos trabajar el sueño, haremos como las tejedoras que arman su lana en un ovillo, prenderemos la punta que queda a la vista y delicadamente por asociación, con un psicoanalista, seguiremos tirando hasta reencontrarnos con aquello que el sueño sin decirlo quería volver a decir porque no estaba elaborado.
Y a soñar!!! Y a dormir!!! Que es un hermoso trabajo con nosotros mismos.
Alicia Kostenbaum Psicoterapeuta
Consultas, supervisión presencial y online