Estrenar año nos brinda esa sensación de recomienzo, de ilusión, de esperanza, de renovación. Queremos olvidarnos de todos nuestros problemas y dificultades de un plumazo como si fuera magia, vivimos la falsa ilusión de que todo se irá con el viejo año.
Con esa sensación que nos da entusiasmo, fuerza, autoconfianza nos planteamos propósitos, nos hacemos promesas que difícilmente sobrevivan al primer mes del año… Inevitablemente terminaremos frustrados, sintiéndonos culpables, con rabia, entraremos en un circuito energético que nos bloqueará, nos debilitará y al final nos pasará factura.
Querer cambios y aprendizajes es algo muy positivo, pero no por el simple hecho de desearlos se realizarán. Para traer cambios, adquirir conocimientos, interiorizar aprendizajes, se necesita realizar esfuerzos, elegir encaminarte hacia tus metas, fluir, siendo consciente en todo momento del aquí y ahora, de quien eres, que sientes, que espacios habitas. Al final se resume en: conocerse, aceptarse, amarse para permitir que el proceso de transformación pueda manifestarse. No serán solo propósitos y promesas lo necesario para avanzar, es mucho más…
Cada vez que elevas tu estado de consciencia y vibración, tu visión es más amplia, tu mente se organiza, permite que la luz la inunde, tu corazón vuelve a escuchar la música de tu alma. Para escuchar la melodía de tu alma, tienes que habitar el presente, conectarte a tu ser, así serás consciente que es el momento de caminar, avanzar, aprender, iluminar, amar…
Paola Ostrowicz Fischman
Terapeuta energético y vibracional
www.somosarmonia.com
Somos Armonía