Si crees que tu felicidad es ser aceptado incondicionalmente por el otro, seguramente, en este momento no te encuentras todo lo cerca que te gustaría estar de ella.
Si tu bienestar, tu paz, tu poder de decisión dependen de los otros, probablemente tu vida se vea sumergida en expectativas exageradas, frustraciones, ansiedad, angustia y desánimo.
Nos educaron para actuar de acuerdo a lo que se espera de nosotros, porque así seríamos aceptados y amados, primero en nuestro entorno más íntimo, nuestros padres y luego en nuestra vida fuera de ese espacio. Crecemos y nos damos cuenta que a veces nuestros deseos no son lo de los otros.
Las críticas, las opiniones, los juicios siempre estarán ahí, saber que no es de eso que depende la autoestima y la autoconfianza es señal de que maduramos, sino es así seremos prisioneros de la mirada del otro.
Cuando empiezas a confiar en ti, a escucharte, también empiezas a liberarte interiormente de esa mirada del otro, tus convicciones, deseos, necesidades cobran relevancia, pese a las opiniones y las críticas contrarias. Dentro de ti crece el valor de seguir tu corazón y tus propias decisiones.
Cuando te des cuenta que estás haciendo algo solo para ser aceptado, para agradar por miedo, detente un instante a preguntarte si realmente es eso lo que quieres, si te hace bien, si nutre tu alma. Sigue tu corazón, usa todo tu valor para no huir del miedo a no ser aceptado, así poco a poco ejercitarás tu libertad interior, ser fiel a ti mismo, ese es uno de los caminos para encontrar la paz interior.
Paola Ostrowicz Fischman
Terapeuta energético y vibracional
www.somosarmonia.com
Somos Armonia