Vamos por la vida creyendo que las situaciones, emociones, sentimientos y pensamientos que vivimos, que existen dentro de nosotros son aislados, sin conexión entre sí, fuera de una globalidad, un contexto, una historia. Pero de repente algo nos saca del automático y se revela delante nuestro cobrando un nuevo sentido y significado para nosotros.

Seguro que hemos experimentado en alguna oportunidad una coincidencia que nos sorprende por improbable, que sentimos como mágica, reveladora, como si existieran conexiones entre situaciones, personas, información, como unidos por hilos invisibles que tan sólo podemos presentir por instantes, pero que transforman nuestra manera de vivir y ver las cosas.

La vida, el universo, el alma del mundo, nosotros y los otros, somos como mensajeros unos de otros sin saberlo. Nos vamos dejando señales como piedritas de colores que nos muestran la correspondencia, conexión y sintonía de las cosas. Esos eventos se hacen luz dentro nuestro, eso nos obliga a ampliar nuestra visión de la realidad, así vamos aprendiendo el arte de ser buscadores de nuestra verdad, de nuestra esencia, de nuestro propio camino, de conocernos.

Los presentimientos, la intuición, las casualidades y las situaciones sincrónicas traen un mensaje de nuestra alma que hay que interpretar, pero para eso hay que aprender y comprender ese lenguaje.

Para recorrer el camino del crecimiento interior, que nos enseña este lenguaje del alma, tendrás que aprender a observar sin juzgar para que todas estas informaciones lleguen a ti. También tendrás que aprender a reflexionar, a profundizar en el significado de las experiencias, hacer silencio en tu interior, para poder abrirte a escuchar y reconocer toda esa información y conocimiento que te traen estas sincronicidades.

La quietud interior, la abertura a conectar con el momento presente, la sabiduría para entender e interpretar la comunicación de tu alma con el alma del mundo, son ingredientes necesarios para este trabajo interior, que te llevará a recorrer tus propios caminos en coherencia con tu ser, desde el corazón.

A momentos, nos llegan señales que nos traen respuestas a las preguntas que buscamos, los aprendizajes que necesitamos, la clareza que pedimos, la valentía para permitir manifestarse la luz que nos habita. Solo quien tenga abiertos los ojos del corazón sabrá entender y seguir los presagios, aceptar su propia verdad y transformarla en nuevas realidades.

 

Paola Ostrowicz Fischman

Terapeuta energético y vibracional

www.somosarmonia.com

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