La realidad es tan necesaria como los sueños.
Cuando creamos unos ideales irreales que no podemos alcanzar, solo encontramos la manera de frustrarnos, culparnos, llenarnos de reproches, sentirnos inseguros, incapaces. Esto pasa por imponernos unas condiciones internas imposibles de llegar, unas normas que se transforman en corazas, creamos nuestra propia prisión llena de fantasmas que terminan persiguiéndonos.
No supongas, ni te hagas películas catastrofistas poniéndote en situaciones de extremos, llenándote de angustia, miedo, frustración, por cosas que ni sucedieron, todo eso está en tu cabeza, te amarga la vida.
Así pasamos esperando vaya saber qué, pero mientras esperamos dejamos de vivir las experiencias que se nos presentan, desconectamos de nosotros mismos y del presente.
Cuantas más corazas y defensas levantamos, mayor el bloqueo, el aislamiento, la sensación de parálisis, la pérdida energética que padecemos. No solo perdemos energía, perdemos mucho más, la autoestima, la paz interior, la calidad de vida, el bienestar y la armonía.
Los “ideales” inalcanzables que nos planteamos, que buscamos insistentemente, generalmente terminan estrellándose contra la realidad, esa que dejamos de vivir.
Llega un punto que vives más en tu cabeza, aislado, desconectado de todo, sin comprender, sintiendo malestar, pero ni así eres consciente de tu propio encierro.
La vida fluye ahora, a cada instante, no te escondas de ella por miedo a la experiencia, a ti, a los otros, vívela como lo que es, experiencias que te enriquecen, que aportan a tu crecimiento personal.
Nadie es perfecto, ni tú, entonces actuemos con compasión, comprensión y buena voluntad. Deja que cada uno sea lo que es, inclusive tú, no tengas miedo a tu vulnerabilidad, es parte de lo humano.
Date la oportunidad de sentir el momento, de vivirlo, deja que vibre dentro de ti, no pases de puntillas, fluye con la vida, te sorprenderás de las posibilidades que te brinda el presente.
Si tienes la valentía de atravesar tus corazas y defensas verás que la limitación solo existía en tu interior, sentirás que eres capaz de mucho más de lo que pensaste, que hay una fuerza que brota de tu corazón, que desea, ese es el combustible que te lleva hacia delante.
“Cree en ti mismo. Lo que te duele, te bendice. La oscuridad es tu candela. Tus límites son tu búsqueda”
Rumi
Paola Ostrowicz Fischman
Terapeuta energética y vibracional
Somos Armonía