Comenzamos esta semana hablando de uno de los temas que a menudo nos preocupa más, en ocasiones por ser conscientes del riesgo para la salud que implica o por otra debido al bienestar que nos produce tener un peso equilibrado, que nos permita estar más ágiles, acometer nuestra vida diaria con mayor vitalidad y en ocasiones porque por estar descompensado nos afecta a la autoestima. ¿O será al revés, que la falta de autoestima nos lleva al sobrepeso? En este artículo y el siguiente de esta semana desgranaremos algunos hábitos de la vida diaria que entran en juego en esta ecuación desde lo fisiológico y lo emocional. Centrémonos en esta entrada de blog en aspectos fisiológicos y dejemos las posibilidades que ofrece la medicina complementaria para la siguiente.

Buscando cómo ilustrarlo he topado con dos artículos que me han parecido altamente informativos y que, siendo muy atrevida (¿por qué no?) me voy a permitir relacionar para que sirva de base para la reflexión, vuestros comentarios y esperemos que un interesante y rico debate.

Para ello me hago dos preguntas que son como aquello de qué fue antes, ¿el huevo o la gallina?:

En este artículo se nos plantea ¿Afecta la falta de sueño para que sintamos la necesidad de tomar alimentos altamente calóricos?

Si ingerimos alimentos altamente calóricos, ¿estamos acidificando o alcalinizando nuestro organismo? Este artículo nos lo resuelve:  ¿Cuál es la dieta más sana, la ácida o la alcalina?

Quizá podamos preguntarnos si esta es una afirmación cierta. Yo en mi caso, desde luego que lo he comprobado y leyendo el primer artículo sobre la influencia de la falta de sueño, la cabeza me ha hecho click. Justamente estos días me preguntaba por qué tenía más hambre que otras semanas. Y efectivamente he dormido menos y he tenido más preocupaciones que me han robado el sueño. ¡Qué curioso! Y si miro hacia atrás, cuando era una ejecutiva muy estresada, en muchas ocasiones, debido a que organizaba eventos que duraban hasta altas horas de la madrugada, al día siguiente ¡el cuerpo me pedía un desayuno pantagruélico!. ¡Eureka!

Por tanto, ¿es posible que no haya cuidado la ingesta de alimentos, me haya atiborrado a bollería en el desayuno, comido quesos grasos y mucho pan? Pues sí…Necesitaba un desayuno opíparo para poner mi cuerpo en marcha, pero al mismo tiempo estaba tomando alimentos que no combienen si se toman en exceso por su alta acidez.

Pongamos otro ejemplo: ¿quién no ha sentido un malestar después de comerse un cocido completo? ¿O un chuletón de buey por muy rico que esté? Si somos sinceros con nosotros mismos, ¿quién no ha recurrido al bicarbonato o al almax después de una cena de Navidad? ¿Y por qué? Porque el bicarbonato es un mineral alcalinizante que compensa la acidez de los alimentos ingeridos previamente.

¡Hum!

Por tanto, ¿es aconsejable comenzar cualquier plan de adelgazamiento o dieta saludable por hacernos conscientes de qué comemos, cuándo lo comemos y por qué lo hacemos? Es posible que la medicina complementaria nos aporte ideas sobre este asunto, pero me estoy adelantando al próximo blog… Ahí dejo esa pregunta para que la meditéis…

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