todo lo reprimido

 

Vivir las emociones es algo que a la mayoría de nosotros no nos enseñaron, ni nos educaron. Fuimos educados en una sociedad que da predominancia a la razón.

Nos han moldeado para desconectarnos de nosotros mismos, reprimiendo las emociones, agradando a todos, sin poder vivir de la manera que nos gustaría o querríamos vivir, sino dentro de unas expectativas que sentimos como obligación de cumplir.

La emoción es una función básica, existe consenso general que son respuestas de origen biológico que ayudan al organismo a afrontar retos y oportunidades que incluyen cambios en la experiencia, comportamiento y fisiología de la persona.

Hay muchos estudios y la experiencia acompañando muchas personas en sus procesos de crecimiento personal a lo largo de los años, confirman también que la forma en la que encontramos explicación o percibimos un estímulo que puede provocar una emoción determina cómo vamos a reaccionar ante él, como afecta a nuestros pensamientos y energía, generando bucles que se alimentan nuevamente de esa vibración.

La capacidad de regular o modificar nuestras emociones es una habilidad vital para nuestra salud física, mental, emocional y espiritual. Siendo la incapacidad de hacerlo base para numerosos desequilibrios y bloqueos en todos los cuerpos y centros energéticos (chacras) tales como la depresión, la ansiedad, enfermedades, dolores crónicos y un sinfín de consecuencias.

Todas estas emociones negadas, reprimidas, no aceptadas irán condicionar tu vida desde el inconsciente sin que te des mucha cuenta de ellas, se presentarán en cualquier momento mostrando su cara menos saludable.

No siempre es fácil aceptar las emociones negativas, menos aún cuando son muy intensas. Importante que aclaremos que aceptar no es estar de acuerdo, aceptar no es sinónimo de resignación y parálisis delante de esa emoción. Aceptar es reconocer que ella existe, ponerle nombre, como y donde sentimos el malestar que provoca.

Más difícil aún se vuelve cuando no sabemos como salir del bucle que estamos que nos quita bienestar, energía y armonía.

¿Cómo te sientes cuando reprimes tus emociones?

Tienes consciencia que las reprimes o niegas?

Tu cuerpo físico como reacciona a esto? Donde lo sientes?

Es importante que puedas responderte estas preguntas.

Luego que respondas a estas preguntas te propongo una técnica sencilla para que puedas usar para elaborar mejor tus emociones.

1. Reconocer la sensación corporal que tenemos en el cuerpo
2. Dejarnos sentir esa sensación (por ejemplo, un nudo en la garganta).
3. Una vez identificamos la sensación, buscar que emoción hay detrás de la sensación.
4. Si sabemos el nombre de la emoción perfecto, nos la permitimos sentir, sin juzgarla ni censurarla.
5. Si no sabemos el nombre de la emoción tampoco pasa nada, nos permitimos sentir, la emoción igual.
6. Vemos que por muy incómoda que sea la podemos gestionar.
7. Importante no engancharnos en la emoción, soltar, dejar que pase y que no sea una carga más en nuestra mochila emocional.

Recuerda que tú no eres tus emociones, ni tus pensamientos, tú eres el ser que los piensa, las siente y las puede transformar. Libérate de lo que te pesa, de lo que te quita bienestar y si no puedes solo pide ayuda.

Ilumina tus emociones con la luz de tu conciencia y estarás transitando el camino del bienestar y la armonía.

En Somos Armonía podemos ayudarte a encontrar y acompañarte a recorrer tu camino hacia el bienestar y la armonía que buscas.

Comparte tu experiencia con nosotros, déjanos tus comentarios, inquietudes y preguntas. Comparte con tus amigos. Gracias!

Paola Ostrowicz Fischman