ego carcel repetitiva

 

A veces parece que entramos en unos bucles mentales de los cuales no podemos salir. Nos pasamos repitiendo una, otra y otra vez, de manera automática, sin saber porque las mismas situaciones, sin que seamos conscientes de estas dinámicas.

Algo dentro nuestro se dispara accionando reacciones de manera automática sin que seamos capaces de entender como nos pasa y menos cual es la chispa que lo enciende.

Estas situaciones nos llevan sin darnos cuenta a torpezas, miedos, prejuicios, cuando te das cuenta solo ves una maraña de pensamientos y emociones indescifrables.

Parecen sombras que juegan al escondite, difíciles distinguir, de nombrar, de digerir, de procesar, nos agobian, así empezamos a tomar conciencia de ellas.

Esta es la cárcel interior que te aprisiona y el único que tiene la llave para salir eres tú.

Has caído en las trampas del ego, te has perdido en los laberintos que te mostraron tus pensamientos y emociones, transitando paisajes que no quieres recorrer, que te quitan bienestar.

El ego es esa construcción artificial que vistes para ser aceptado y visto por el otro. Es una máscara no eres tú. De tanto usar máscaras ya no sabes diferenciar quien eres. Así te empiezas a identificar con el ego, dejas de actuar empieza a reaccionar.

Vivir reaccionando en ocasiones te lleva a decir y hacer cosas que en realidad no quieres porque en el fondo no sientes, por eso luego no sentimos mal y surge un sentimiento de arrepentimiento. Con un poco de suerte, a veces se pide perdón, y otras más desafortunadas, el orgullo hace que te quedes con las ganas de decir “lo siento”.

No hay emociones buenas ni malas, todas son nuestras, lo importante es como las vivimos. Podemos vivirlas de manera más armónica teniendo conciencia de su existencia, aceptándolas y actuando desde el corazón o reaccionando inconscientemente desde el ego.

“Reaccionar” implica pérdida de control sobre lo que haces dejándote llevar impulsivamente por las creencias, miedos, prejuicios y heridas del ego.

“Actuar” implica tomar la acción estando conectado con tu centro, implica discernir si lo que haces es desde el corazón o desde el ego, desde el amor o desde el miedo, desde la paz o desde el desasosiego.

En las terapias energéticas el ego tiene su morada en el tercer chacra o plexo solar.

Es un chacra relacionado con la autoestima, la personalidad, el ego y el intelecto.

Corresponde a la glándula páncreas. Es el centro del poder y la voluntad de crecer, combatiendo la pereza y la cobardía.

Contribuye a asimilar nuevas experiencias para el crecimiento futuro. Estimula la digestión en el plano físico rigiendo a los órganos que componen el aparato digestivo, y en lo que respecta a ideas y conceptos nuevos en el plano psíquico.

Para transcender el ego el primer gran paso es vivir el momento presente, ya que el ego solo vive en el pasado o en el futuro, es incapaz de vivir en el ahora.

Retorna a tu centro, respira, vive en tu sagrada presencia, en tu ahora y fluye.

Libérate de las barreras que te has autoimpuesto, abre la cárcel que te quita tu libertad interior, tú tienes la llave.

Fluye con la vida y transitarás caminos de amor, conciencia, bienestar y armonía.

En Somos Armonía podemos ayudarte a encontrar y acompañarte a recorrer tu camino hacia el bienestar y la armonía que buscas.

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Paola Ostrowicz Fischman