Cuando renacemos en el corazón es la primera etapa del despertar de la conciencia auto reflexiva, es el despertar del amor, de un estado de ser que empieza a ampliar sus paisajes, que pasa de hablar del yo para hablar del nosotros.

Desde siempre sabemos instintivamente que en el corazón es donde reside el amor, el perdón, los sentimientos.

El centro energético del corazón es nuestro centro afectivo, como nos relacionamos con las personas que tenemos cerca del corazón (amigos, pareja, familia), amor propio, amor a la vida.

El chacra cardíaco o del corazón tiene una energía, una inteligencia, una vibración particular, es el centro del sistema energético. Es en este chacra donde las energías de los centros energéticos inferiores, los que dicen del “yo” transmutan y se transforma en energía del amor, que nos sana, nos conecta con el “nosotros” con todos y con la creación de diferentes maneras.

Recientemente se ha descubierto mucho sobre la inteligencia del corazón, que puede tomar decisiones, ya que tiene neuronas, al igual que nuestro cerebro, piensa por sí mismo, de forma independiente. También cabe resaltar los estudios sobre el campo magnético del corazón, que es el campo más fuerte de nuestro cuerpo, mayor que el campo del cerebro.

Sobre esas cuestiones les dejo esta magnífica entrevista Annie Marquier, matemática e investigadora de la conciencia.

http://www.lavanguardia.com/lacontra/20120314/54267641495/annie-marquier-corazon-cerebro.html

La necesidad de dar y recibir amor es básica para nuestro bienestar general. El amor en nuestra vida, tanto por la ausencia como la presencia, son marcas que nos condicionan o nos pueden libertar. Traer sufrimiento, angustia y dolor, o liberarnos de ellos.

Muchos de los conflictos internos que vivimos tienen su origen en esta capacidad de dar y recibir amor. Las heridas y dolores de su ausencia, condicionan nuestro inconsciente, haciéndonos repetir situaciones, actitudes que nos dañan; hasta que despertamos, transmutamos estas emociones y sentimientos, adquirimos una nueva visión de nosotros mismos, de la vida y de los otros.

Todo aquello que guardamos como heridas, dolores, resentimientos, miedos nos va alejando de poder sentir en nosotros y en los otros un amor sin egos, sin apegos, sin culpables, solo responsables de sí mismos, en suma, seres libres que se aman y actúan abiertamente desde el lenguaje del corazón.

Para despertar verdaderamente tendrás que llenarte de amor y dártelo, para poder dar a los otros.

Libérate de las barreras que te alejan del amor así encontrarás nuevos caminos de bienestar y armonía.

En Somos Armonía podemos ayudarte a encontrar y acompañarte a recorrer tu camino hacia el bienestar y la armonía que buscas.

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Paola Gabriela Ostrowicz