Buena semana!!!
La comunicación y el intercambio de información son algo constante en nuestro interior. Vivimos en permanente diálogo con nosotros mismos y con nuestro entorno, interconectados, en incesante intercambio de información.
Nuestros pensamientos, emociones y sentimientos vibran, llevan, traen, intercambian energías e información con todas nuestras células, con todo nuestro cuerpo, con todo lo que nos rodea. Mucha de esta comunicación es no verbal, entra por canales de percepción que no son del todo conscientes o totalmente inconscientes, esa información de igual manera se almacena en la memoria, provoca reacciones, nos incomoda, vibra, termina irrumpiendo en nuestra vida de improviso.
Los bloqueos de comunicación entre nuestros diferentes chacras y cuerpos energéticos hacen que nuestro diálogo interno, que la información que tiene que fluir de manera armoniosa, equilibrada entre cuerpo mental y emocional, entre los chacras laríngeo y cardiaco no fluya, que todo el sistema energético deje de ser nutrido adecuadamente.
Estas energías no encuentran una salida constructiva, sana para expresarse, no pueden ser vividas, aceptadas, honradas y sentidas.
Los bloqueos energéticos provocan tensión hasta que irrumpen de manera aguda como enfermedad, depresión, ansiedad, stress, nerviosismo y una larga lista de acontecimientos.
Fuimos educados para no expresar emociones y sentimientos, a pensar que se puede bloquear la libre expresión de estos, guardarlos en un rincón oscuro, abandonarlos sin vivirlos, que así todo seguirá dentro de una “normalidad”. Hasta que los bloqueos se hacen insoportables, el sistema colapsa y pensamos que hemos perdido el control.
Es momento de iluminar tus sombras, dialogar con ellas, entenderlas, hacerte consciente, aceptar, sin críticas, sin juicios, es mejor llevar la mente por esos caminos. Si piensas que esto es una lucha y que saldrás vencedor, te equivocas, tú pierdes, todos pierden.
En un principio pensarás que resistiendo, negando, justificando estas siendo fuerte, valiente pero lo único que conseguirás es entrar en un ciclo de sufrimiento. Cuanto más luches contra pensamientos y emociones menos fuerza tendrás para transitar el camino de la sanación.
Sanar el alma es un proceso, para que funcione tienes que abrirte a entender sin juzgar, ni criticar, aceptarte, tener una actitud activa y positiva con tu propia sanación, asumirlo como un compromiso contigo, tener constancia, buscar buena compañía que te ayude a superar los obstáculos del camino.
La sanación interior es una decisión personal, solo puedes elegirla tú libremente. Escucha tu alma, déjala que te guie, estarás transitando caminos de bienestar y armonía.
Paola Ostrowicz Fischman